miércoles, 13 de noviembre de 2013

Prestige; no removamos la mierda, no sea que salpique a alguien

Hoy nos ha sorprendido la sentencia del caso del Prestige. En resumen, todos inocentes, menos el capitán, que ha sido condenado a 9 meses de cárcel, de los que no cumplirá ninguno, y no por su posible negligencia o responsabilidad en el hundimiento del barco, sino por desobediencia civil, o sea, por no hacer caso a lo que le decían.

El famoso barco, que nuestros políticos en su afán de quitarse la mierda de encima, intentaron enviarlo herido más allá de las columnas de Hércules, se hundió, y vertió gran parte de su carga originando una marea negra que bañó las costas desde Bayona hasta Baiona, y mira que están lejos la una de la otra.

4.300 millones de Euros de los de entonces, de los de hace 11 años exáctamente, que valdrían alguno más ahora. A pesar de que se trata de casi 750.000 millones de las antiguas pesetas, de ser una cantidad que jamás veremos ni en una pequeña porción de la misma en nuestras cuentas corrientes, se trata de una cifra que ya no nos asusta.

Después de echar la casa por la ventana con la banca, a la que se han inyectado más de 250.000 millones de euros, la cifra de 4.300 millones se nos antoja pequeña, abarcable. 4.300 millones de euros del erario público, ese que es gratis para algunos, que se han ido por la borda en esta pantomima de juicio.

Porque se ha hundido un barco por un accidente, sí, pero ese accidente no fue inevitable, y hubo responsabilidades en las decisiones que se tomaron. Porque si el barco se agrietó durante su travesía es porque no era apto para navegar. Porque si se partió en medio del océano es porque alguien lo envió allí cuando pidió socorro y se le negó. Porque si su situación se agravó fue porque alguien lo remolcó herido en medio de la tormenta.
Pero los jueces dicen que no, que no hay responsabilidades. Y los políticos que tomaron decisiones no tienen ninguna responsabilidad. Y que el armador no tiene ninguna responsabilidad. Y que los parias de siempre somos los que pagamos el desastre del Prestige.

Porque los políticos que tomaron decisiones han seguido cobrando sus sueldos, porque el armador ha cobrado del seguro el valor del barco, porque el dueño de la carga también ha cobrado su valor asegurado.

Y hubo quien cobró los 4.300 millones de euros que costó la tragedia. Todos los que proporcionaron el material, las empresas que trataron los residuos, las que los transportaron a las plantas de tratamiento.

Quienes no han visto un euro son los miles de voluntarios que se desplazaron por sus propios medios a la costa a limpiar, los pescadores que lanzaron sus barcos sin pensárselo a intentar detener la marea negra que acechaba la costa y su modo de vida, y los 43 millones de parias que pagamos de nuestros impuestos esos 4.300 millones de euros que costó el desastre.

Y todos los implicados contentos, y acatando la sentencia. Todos cobran, todos ganan y nadie resulta agraviado, y hay chivo expiatorio, pero que tampoco le hacemos demasiado, no sea que alguien se queje. Y no removemos más la mierda, que huele, y no sea que salpique a alguno.

¿Los 4.300 millones de euros? No pasa nada, era dinero público, que como todo el mundo sabe, es gratis.

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1 comentario:

  1. Hoy me ha sorprendido la noticia de que el fiscal pide de 5 a 9 años a los encausados por el "tartazo" en la cara de Yolanda Barcina por el tema del AVE. Al parecer es más grave manchar el inmaculado maquillaje de la bonita cara de la Barcina que llenar de petróleo más de 1.000 Km de costa

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