lunes, 7 de abril de 2014

Las claves de la batalla de Stalingrado, la madre de todas las batallas

El junio de 1941 el ejército alemán invadió la Unión Soviética. En su concepto de la guerra relámpago consiguieron llegar en pocos meses hasta ciudades como Leningrado (La antigua San Petesburgo) a la que sometieron a un atroz sitio, y a las cercanías de Moscú, donde fueron rechazados, estabilizándose el frente a unos 200 Km de la capital, en diciembre de ese año.

El avance nazi había sido posible gracias a un ejército soviético incapaz de tomar decisiones, debido sobre todo a la falta de oficiales válidos, eliminados por las purgas de Stalin, purgas que habían descabezado completamente el ejército.

Los nazis se encontraban con unidades soviéticas que no se movían, que no se desplazaban, y que eran rodeadas y neutralizadas fácilmente. También se encontró con un material de guerra obsoleto, y con que las unidades más efectivas (los tanques pesados KV1) eran pocas y no contaban con un abastecimiento efectivo.

La ofensiva, denominada Operación Barbarroja, se detuvo ese invierno, y fracasó debido a tres razones fundamentales: los caminos soviéticos no eran las carreteras francesas y embarrados dificultaban el avance, el propio invierno, uno especialmente duro, que impidió que se realizaran actividades militares, y el propio racismo del régimen nazi.

Cuando el ejército nazi entraba en poblaciones soviéticas, duramente reprimidas por el totalitarismo de Stalin, les recibían como libertadores. Pero Hitler pretendía eliminar a la raza inferior eslava de Ucrania y el oeste de Rusia para crear colonias de alemanes en lo que pretendía denominar Germania. por tanto, los "liberados" enseguida se volvieron en su contra, sintiéndose ocupados, y por tanto, en un frente muy amplio y alejado de Alemania, se encontró con una retaguardia hostil, con lo que la logística era complicada por la guerra de guerrillas y los sabotajes.

Y fue en 1942 cuando Hitler al mando de la Wehrmacht directamente, ideó la operación azul. En esencia era una operación audaz y relativamente bien diseñada. Se basaba en ocupar el río Don en su orilla sur desde su desembocadura, y llegar a Stalingrado, en el Volga, para continuar éste hasta su desembocadura. Se obtenía así un frente natural (los caudalosos ríos Don y Volga) muy fáciles de proteger y que dejarían camino libre al Cáucaso, donde obtener petróleo para abastecer la maquinaria militar nazi.

Además, Stalin había perdido Ucrania, por lo que se había quedado sin una reserva importante de cereal para alimentar a su pueblo, y si perdía el Cáucaso, se quedaría sin una importante fuente de energía. Los nazis creían el régimen soviético al borde del colapso, y pensaban que tras aquella operación, caería todo el régimen.

Y ahí comenzó el cúmulo de despropósitos que acabaron con el ejército nazi y decidiendo la segunda guerra mundial.

Un retaguardia hostil

Como he señalado arriba, el régimen nazi inició una terrible operación de exterminio sobre el pueblo eslavo. Los que inicialmente se habían sentidos liberados de la tiranía de Stalin, se veían obligados a trabajar como esclavos, cuando no eran directamente destinados a campos de exterminio por Hitler en su ansia de "espacio vital". Esa retaguardia impidió organizar una logística adecuada al ejército nazi para alimentar sus frentes.

Una peor tecnología en blindados.

El ejército soviético disponía el T34, un tanque que tenía un diseño especial, con sus paredes frontales y laterales con un blindaje a 45º frente a los 90º (verticales) de los tanques alemanes. Eso lo hacía menos propenso a los impactos directos en combates a corta distancia, y podía reducir su blindaje, y por tanto, su peso, reduciendo la anchura de sus orugas lo que le dotaba de mayor movilidad en la embarrada estepa rusa.

A esto hay que añadir un motor diésel menos inflamable que los de gasolina y con mayor autonomía. Esa diferencia de combustible también gravó la logística de los nazis, que no podían aprovechar las reservas conquistadas.

La fábrica principal de estos tanques estaba en Stalingrado, pero se trasladó rápidamente a retaguardia. Sólo a mediados de 1943 contrarrestó el ejército nazi la superioridad de este tanque con la aparición de los Panther.

El dividir el ejército

Hitler dividió su ejército. Una parte la envió al Cáucaso, donde llegaron a avistar los pozos de petroleo, y envió al sexto ejército a conquistar Stalingrado, sin cubrir adecuadamente los flancos. Para ésto utilizó tropas no alemanas de los ejércitos rumano e italiano que usaban armamento conquistado al ejército francés, pero sin repuestos y escasos de munición.

Se quedaron sin combustible a puertas del Cáucaso y no cubrieron adecuadamente ni el Don, ni el Volga ni el espacio entre Stalingrado y el Don.

Bombardear Stalingrado

La Luftwaffe bombardeó Stalingrado antes de la llegada del Sexto Ejército del General Paulus. La ciudad se convirtió así en un amasijo de escombros y calles intransitables donde los blindados nazis no podían manejarse, por lo que comenzó una guerra cuerpo a cuerpo donde la tecnología nazi no era suficiente, ni el ejército estaba preparado para ello.

Y una vez bombardeada la ciudad, los escombros ya no volvían a arder ni a removerse por nuevos bombardeos, por lo que la aviación resultó ineficaz.

Y Hitler, haciendo caso omiso a sus militares, se centró en intentar conquistar Stalingrado. El ejército soviético, sacrificando miles de soldados que acudían a la batalla a veces compartiendo fusil, consiguió defender una serie de cabezas de puente con la que mantenía su presencia en el oeste de la ciudad, por lo que los nazis, una vez que habían entrado en Stalingrado, se veían obligados a conquistarla, ya que de retirarse, el ejército soviético les perseguiría.

Además, los flancos estaban mal defendidos, y los blindados rusos, con una mayor maniobrabilidad cruzaron el Volga por el norte y por el este, emprendiendo una maniobra de pinza que encerró al sexto ejército dentro de las ruinas de la ciudad. A esto hay que sumar las inhumanas condiciones dentro de la ciudad, donde los francotiradores, en ambos bandos, impedían el descanso de los soldados, el frío extremo del invierno ruso y la debilidad de la logística.

Aunque la Luftwaffe intentó establecer un puente aéreo de suministros, el mal tiempo les impedía despegar, a lo que hubo que sumar una retaguardia deshecha que pronto destruyó sus bases operativas. Y el 2 de febrero de 1943 el general Paulus y los 90.000 supervivientes se rindieron y fueron hechos prisioneros. Sólo sobrevivieron a la guerra 6.000 de aquellos soldados.

Los datos de Stalingrado son dantescos. Cerca de 2.000.000 de personas murieron, desaparecieron o fueron heridas en la batalla. Decenas de miles de soldados fueron sacrificados por los altos mandos nazi y soviético moviendo banderitas en un tablero.

Y la batalla se convirtió en el principio del fin del régimen nazi y de la segunda guerra mundial, una batalla que por cierto, los nazis podían haber evitado si hubieran estabilizado los frentes del Don y del Volga, y estableciendo una barrera defensiva desde el sur de la ciudad a orillas del Volga hasta el Don, un frente de apenas 20 km desde la ciudad de Gornyy hasta Stalingrado, sin necesidad de tomar la ciudad.

Y hubieran dominado el Cáucaso y su petróleo.

Aunque la verdad, vencer a dos gigantes como Rusia y Estados Unidos, a mi modo de ver era imposible.

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2 comentarios:

  1. Eso es así, al final, vencer, a la vez, a dos gigantes como la URSS y USA era imposible. La única forma por la que Hitler hubiera podido vencer la guerra, hubiera sido atacando ( y conquistando ) primero a uno y después al otro. Así, la forma de hacerlo hubiera sido la de establecer una tregua con uno mientras se vence al otro... algo que una personalidad maníaca como la de Hitler nunca hubiera aceptado.

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    1. Incluso por separado eran temibles por su capacidad de armarse en poco tiempo. La URSS tenía un ejército desorientado por las purgas estalinistas y USA tenía un ejército testimonial, y al final de la guerra se habían convertido en dos superpotencias militares a las que nadie podia hacer sombra

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