miércoles, 14 de octubre de 2015

Un país muy poco patriota, ¿por qué?

Muchas veces me pregunto por la razón de que haya mucha gente que no se considera española, que reniegue de su patria, incluso no siendo nacionalista, algo que pudiera ser entendible. El patriotismo, tan normal en los países del entorno, aquí no está generalizado. Y cuando lanzo esta cuestión al aire, esto es lo que me encuentro:

- El 12 de octubre no es una fecha para celebrar.

Mientras que en Estados Unidos se celebra el 4 de julio, la declaración de la independencia, o en Francia el 14 de julio, la toma de la Bastilla y el fin del antiguo régimen, aquí se celebra como fecha más importante el descubrimiento de América.

Sin embargo, aunque pudiera ser una fecha señalada, de aquel descubrimiento no queda nada, sino un recuerdo de un pasado colonial. El 12 de octubre representa el inicio de un imperio que ya no existe, un quiero y no puedo, un orgullo patrio que nadie de nosotros ha vivido y que no somos capaces de superar.

El 12 de octubre es una herencia rancia de un régimen agotado con aires de grandeza, un régimen que da miedo dejar atrás, que dejó miles de muertos en las cunetas y que para muchos aún huelen en sus conciencias, esas que durante años, mientras se enriquecían, han permanecido dormidas y que ahora pretenden enterrar en el olvido otra vez.

- El rey no representa a los españoles.

Un rey no elegido, que no ha hecho más mérito para ocupar ese puesto que ser hijo de otro rey, un individuo al que rinden pleitesía los miembros del gobierno, los presidentes de las comunidades autónomas, alguien impuesto al que la mayoría de los españoles no identifican con un país actual y moderno, un anacronismo a superar.

La gente no entiende esa pleitesía, esa parada militar, ese sometimiento a alguien que realmente no se lo ha ganado, que no ha hecho nada por merecerlo, y en un momento en el que en la mayoría de los países civilizados las monarquías son anormalidades del pasado.

- El acto principal de los actos del país no debe ser una parada militar.

En un país cuya Constitución justifica y apuntala al ejército como un cuarto poder, independiente del resto, y le otorga independencia de actuación (el artículo 8.1 le da la soberanía de actuar para salvaguardar el artículo 2) hay una parte importante de la población que no lo ve con buenos ojos, que podría incluso repetir un golpe de estado como el del 36, esta vez amparado incluso por la propia carta magna.

- La Constitución está completamente manipulada y desfasada

Se habla de reformas de la Constitución, y se hacen introduciendo artículos en los que se retira soberanía al pueblo para dárselo a los mercados extranjeros. Existe un tribunal constitucional que únicamente sirve para justificar leyes de dudoso calado constitucional, no para sancionarlas. A la gente no le vale ya ese montón de papelajos, que se escribieron para satisfacer a un régimen moribundo.

- La exaltación de la bandera no se corresponde con la realidad

La colocación en su día del trapo de Colón en Madrid fue visto con gran indiferencia por la mayor parte de la población. Es más, asociar la bandera actual al concepto de país que se vende, expresado más arriba, a mucha gente le da sarpullido. Esa bandera representa un símbolo de algo impuesto, y ha sido además apropiada por un sector del país como un ideario político más.

- Las exaltaciones nacionales con los logros de la selección de fútbol no son reales.

En cuando te das cuenta de que los logros de la mayoría de los equipos españoles de fútbol se esconden tras financiaciones irregulares, evasión e impago de impuestos, comprendes que están haciendo trampas. Además, cuando la gente sabe que gran parte de las decisiones del ministerio de industria se deciden en el palco del Bernabeu y que las presidencias de un buen número de equipos están ocupadas por personajes sin escrúpulos con ansias de notoriedad y más de un pie en la cárcel en demasiadas ocasiones, el fútbol se convierte en algo detestable.

Sin embargo, son portadas de periódicos los gritos de un grupo de hinchas en Bilbao o Barcelona, celebrando los triunfos de la selección al grito de "Yo soy apañó, apañó, apañó" algo que se exhibe además como un logro político por parte de quienes se han apropiado de la bandera. ¿Lo peor? Que muchos aficionados se identifican más con su equipo de fútbol que con su país.

- Los símbolos populares nacionales deberían haber sido superados hace mucho tiempo.

Toros y procesiones. Los primeros, mantenidos como aldeanismos profundos de la España profunda como mal llamados festejos populares, o como un acto con cada vez menos interés en las plazas de toros de las ciudades, con los que cada vez se identifica menos la gente, sobre todo la juventud, más preocupada por el medio ambiente.

Lo segundo, la religión católica, algo que debería haber sido superado hace ya muchos años. Pero no, en nuestro país se les otorga honores y medallas a estatuíllas policromadas, se obliga y puntúa la magufada de la religión en las aulas y se encomiendan a diversas vírgenes para pedirlas ayuda para resolver problemas mundanos, como el paro.

Pero eso es tan sólo la punta del iceberg. Hay mucho actos religiosos en los que se requiere la visita obligada de la corporación municipal, como se ha empezado a comprobar ahora con las ausencias señaladas de los nuevos alcaldes a algunos de ellos.

- El pueblo no se identifica con las grandes corporaciones.

Así como en otros países hay mucha gente que se siente orgullosa de sus grandes empresas, el trato de favor que reciben las nuestras por parte del gobierno, en muchas ocasiones recompensado con puestos directivos totalmente descarados, las denominadas puertas giratorias, hacen que en España se sienta un cierto repelús por ellas.

Aún resuenan los ecos de la vergonzosa pelea entre PSOE y PP por ENDESA, que al final quedó desmembrada en tierra de nadie, y otros casos como el de Bankia o la privatización de la banca pública, las cajas, que se ha llevado a cabo recientemente.

Que el gobierno peleara hasta el final por retirar una multa que la Comisión Europea había puesto a Telefónica por mantener las tarifas altas a sus clientes en España se ve recompensado con la contratación de Yolanda Barcina por 200.000 € al año de sueldo, una mujer en cuyo currículum se encuentra el saqueo de la Caja de Ahorros de Navarra o el desfalco de Osasuna.

O lo ocurrido con las eléctricas, a las que se les permitía endeudarse con aval del estado para cubrir el llamado déficit de tarifa, déficit que ahora se ha cargado a las fuentes renovables por la cara y sin avisar. Poca gente sabe que a los productores que poseen una central de 100 KW en fotovoltaica por ejemplo, aún se les debe 1.500 € de 2014, y el 15% de la producción acumulada de este año (de la que se ha pagado tan sólo hasta agosto), aparte de habérseles reducido las primas comprometidas con un decreto de aplicación retroactiva, mientras que las distribuidoras han recibido hasta hace poco una prima similar por sus centrales de carbón, nucleares e hidroeléctricas, y que han percibido unos miles de millones de € más de los comprometidos. O que se haya limitado el crecimiento de la competencia al petróleo mediante un decreto que pone impuestos al sol.

Pero cuando el ministerio tiene su despacho trasero en el palco del Bernabeu, se comprenden muchas cosas.

- La gente está hasta las narices de la corrupción.

España es corrupta. Los ayuntamientos, las diputaciones, las comunidades autónomas, las empresas, los partidos políticos, los sindicatos, todos son corruptos. El 3% en Cataluña, los EREs en Andalucía, ayuntamientos en Valencia, en Madrid, el caso Gürtel, la AP-1 en Esukadi, la corrupción es descarada, y nadie intenta evitarla o eliminarla. Se centran más en ocultarla y mirar hacia otro lado.

Cuando la gente que está en el paro y recibe con mirada de condescendencia las migajas del estado, mientras ven el despilfarro y el derroche, la corrupción a todos los niveles con total y absoluto descaro, se harta de la #marcaespaña.

- El terrorismo es un arma arrojadiza

Da la sensación de que no interesa enterrar a ETA, que da demasiados réditos electorales como para desecharla así, de buenas a primeras. El bochornoso espectáculo que ha dado el PP en Euskadi con la moción presentada por Arantza Quiroga y su desautorización desde Madrid por Alonso y Maroto ha sido una gota más de un vaso que desbordó hace mucho tiempo, antes incluso de que se afirmara que el aborto era ETA.

La sensación de que ETA ha existido alimentada por quienes desmembraban los cuerpos de sus víctimas y se los arrojaban unos a otros es cada vez más palpable, sobre todo ahora que no se da la puntilla a un proceso que hace tiempo que acabó.

- El expolio al que ha sido sometido el país duele.

Han privatizado monopolios estatales, que perseguían un fin social, convirtiéndolos en monopolios privados, que logran un beneficio extraordinario por la falta de competencia. Telefónica, Azucarera Española o ENDESA han sido ejemplos vergonzosos.

Los últimos, las cajas de ahorro. Las han expoliado hasta quebrarlas y luego las han privatizado. Las hipotecas y depósitos de sus clientes han pasado a ser controladas por bancos privados, mientras que la deuda generada se ha endosado al estado. Muchos habitantes de este país no llegan a fin de mes, pero deben cumplir con sus obligaciones del pago de las dos deudas, la suya y la de los políticos en base a impuestos.

Y no se han buscado responsabilidades.

La verdad, no es un país como para sentirse orgulloso de él, no hay nada que celebrar. Y más aún cuando pretenden hacer comulgar a la gente con ruedas de molino, con unos símbolos que no les representan.

No hay patriotismo porque el pueblo no se identifica con el concepto de patria que se pretende vender.

Pero hay que medir las palabras, evitar criticar directamente. Hay que escribir artículos como éste, como si de un ensayo se trataran, ya que con la nueva ley de seguridad ciudadana, la perversión del sistema ha dado un nuevo giro. Ahora ya no te imputan o denuncian, teniendo tú el derecho a defenderte de un presunto delito, no. Ahora te ponen una "falta administrativa" y eres tú el que debes demostrar tu inocencia. Y se multa cualquier falta de respeto a esta patria ficticia e irreal que intentan imponer al personal.

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2 comentarios:

  1. la Fiesta no es franquista, se remonta a la II República.
    El otro hecho es decir que esta es una fiesta de conmemoración de un genocidio, cuando en realidad el comienzo de esa fiesta, se retrotrae al IV Congreso de Americanistas en 1881, donde se aprobó una resolución en la que se propuso a todos los gobiernos del mundo civilizado que declarasen festivo el 12 de octubre de 1892 y construyesen estatuas y monumentos de Cristóbal Colón

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  2. la Fiesta no es franquista, se remonta a la II República.
    El otro hecho es decir que esta es una fiesta de conmemoración de un genocidio, cuando en realidad el comienzo de esa fiesta, se retrotrae al IV Congreso de Americanistas en 1881, donde se aprobó una resolución en la que se propuso a todos los gobiernos del mundo civilizado que declarasen festivo el 12 de octubre de 1892 y construyesen estatuas y monumentos de Cristóbal Colón

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