miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Representa la prima que reciben las renovables una subvención? Las claves para comprenderla.

Pues rotundamente no. Las primas a las renovables no son más que uno de los múltiples mecanismos de compensación de costes que existen en el mercado eléctrico. No se trata de subvenciones, sino una manera de poder hacer convivir a unas tecnologías de nueva implantación con otras ya amortizadas como la nuclear, hidroeléctrica o carbón, y con otras de volatilidad de precios como los ciclos combinados de gas.

En toda implantación energética existen una serie de costes que hay que asumir. El primero es el derivado de los costes iniciales de implantación que tiene toda tecnología. Así pues la gran hidroeléctrica recibió importantes subvenciones públicas para construir pantanos, la nuclear un importante impulso de I+D con construcción de reactores rápidos e infraestructura nuclear para almacenamiento de residuos, y el carbón se implantó a base de unos importantes costes medioambientales que poco a poco se fueron sufragando.

El segundo coste importante son las amortizaciones. Toda inversión debe amortizar, devolver el capital que se ha consignado. Y esa devolución de capital tiene un coste derivado de los intereses financieros. Cuando en 1987 el sector eléctrico español debía pasar de un entorno protegido a otro más competitivo, se estableció un mecanismo contemplado en los Costes de Transición a la Competencia, regulado mediante el RD 1538/1987.

Este mecanismo a grandes rasgos establecía un baremo en el precio del pool eléctrico. Si éste se mantenía en la subasta por debajo de ese precio de referencia, la diferencia se ingresaba a las eléctricas para que amortizaran las centrales construidas con anterioridad a la entrada en vigor de ese decreto. Y estas centrales comprendían prácticamente todo la gran hidroeléctrica y el parque nuclear y de carbón al completo, o lo que es lo mismo, la mayor parte de la energía primaria en horas valle. Y este sistema funcionó hasta 1997, cuando alguien se dio cuenta que el mecanismo existía, una vez que ya se habían dado unos cuantos millones de euros de más a las eléctricas.

El tercer coste que aparece son los gastos de operación y mantenimiento. En algunos casos como la gran hidroeléctrica el "combustible" para producir electricidad se regala, mientras que en otros como el carbón o la nuclear se encuentra en parte subvencionado o sujeto a convenios marco de compra con terceros países. Y estos costes de estas centrales convencionales se sufragan mediante el pool eléctrico o lo que se conoce como mercado libre.

Como vemos, las fuentes convencionales de energía ya han cubierto sus dos primeros costes y compiten en el pool sólo con costes de operación y mantenimiento. Y a este pool se deja entrar a cualquier otra tecnología, y a partir de ahí voy a hacer una distinción entre dos tipos de tecnologías, la procedente de ciclos combinados de gas natural y las adscritas al régimen especial.

El gas entra al pool por dos razones principales. La primera es que los costes de amortización son relativamente bajos. Y la segunda por una cuestión estratégica de las grandes eléctricas. El precio del gas marca el precio del pool y así se aumenta considerablemente la remuneración que reciben las fuentes convencionales que sólo tienen costes de operación y mantenimiento.

Pero inicialmente las fuentes renovables no podían competir en ese pool debido a que sus costes de implantación provocaban que las amortizaciones fueran muy altas. Entonces se estableció otro sistema para que estas tecnologías entraran en el sistema en igualdad de condiciones y por razones estratégicas, que fue el sistema de primas, un sistema que establecía en esencia un mecanismo de pago de esas amortizaciones, contando con la peculiaridad de que esas tecnologías tienen en general unos costes de operación y mantenimiento muy bajos.

Por tanto, se puede concluir, y espero que quede de una vez claro, incluso para el Ministro de Industria, el señor Soria, ese gran ignorante del sector, que las primas a las renovables no son subvenciones sino un mecanismo de los muchos que existen y han existido en el mercado eléctrico de compensar los costes de amortización de estas fuentes para que puedan convivir con otras que ya han recibido esa compensación con anterioridad.

Y una vez que sacamos el tema, también afirmo que ha habido errores en la aplicación de ese mecanismo de primas. Ahora la fotovoltaica o la eólica compiten perfectamente a pool sin necesidad de compensar sus costes de amortización, ya que por ejemplo los costes de fotovoltaica se han dividido entre 7 desde 2008. Esta reducción de costes de implantación se tenía que haber previsto antes y haber establecido un mercado de subastas que fuera ajustando la prima trimestralmente. Así se hubieran ido rebajando progresivamente las primas y se hubiera creado una industria estable en eólica o fotovoltaica en España, una industria que se ha ido por patas gracias a las erráticas políticas energéticas.

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