Herramientas como Google Earth o Maps nos han permitido viajar a vista de pájaro desde nuestro ordenador sin salir de casa. Hoy quiero mostrar importantes huellas que estamos dejando en la actualidad, heridas producidas en apenas 100 años, pero que la naturaleza tardará muchos más años en cicatrizar.
Para acceder a la vista en google maps, sólo hay que pinchar en el título de cada zona descrita.
La explotación minera y de hidrocarburos
Voy a empezar por Estados Unidos, que a pesar de tener una de las reglamentaciones medioambientales más severas del mundo, permite explotaciones como las siguientes.
En Alaska las nuevas explotaciones auríferas son a cielo abierto. Los concesionarios aprovechan los meses de verano a contrareloj para desforestar, mover toneladas de grava hasta una máquina lavadora, producir toneladas de mena para obtener unos pocos kilos de oro. Se emite un programa en una de esas cadenas de "divulgación científica" que hay en la TDT, creo que en Xplora, que trata sobre estos nuevos pioneros, y donde se puede comprobar de lo que es capaz un cazurro barbudo cuando se empeña en construir una pista forestal por el monte a manos de su excavadora.
En el enlace, una de las explotaciones a cielo abierto más famosas de Alaska, Fort Knox. Se aprecia la enorme brecha abierta y las balsas de decantación.
Una muestra de lo que nuestro ministro de prospecciones petrolíferas quiere hacer en nuestra piel de toro, coserla a puntos. Se pueden apreciar campos enormes de pozos de gas, pozos que se utilizan aproximadamente cuatro años, pero que se quedan ahí como vestigio de la explotación del gas esquisto y el gas pizarra.
En el enlace, un enorme campo gasístico al lado de Baker, Montana.
Y desde los campos de fracking, viajamos al golfo pérsico, a ver campos petrolíferos
Se aprecian las explotaciones en el desierto. Al sur se encuentran los complejos petroquímicos, al norte los muelles de carga. Vastos campos de pozos petrolíferos que proporcionan la riqueza a estos países del golfo pérsico. Y cerca la capital, Abu Dabi, con sus urbanizaciones de lujo ganadas al mar, donde la riqueza es expuesta sin complejos.
En el enlace, pozos petrolíferos cerca de Abu Dabi.
La explotación forestal
Los recursos minerales no son sólo uno de los que dejan huella en nuestra civilización. La explotación de recursos forestales también es muy apreciable, como la selva amazónica o la deforestación de la isla de Borneo.
El desarrollismo en Brasil precisa de recursos naturales. La madera de sus selvas se tala indiscriminadamente para su aprovechamiento, a la vez que se crean pastos para explotaciones ganaderas. Las cicatrices que estas explotaciones dejan sobre el terreno se aprecian en gran parte del territorio de Brasil.
En el enlace, la selva al sur del Amazonas.
Las explotaciones de aceite de palma, el más usado a nivel industrial para productos que requieren fritura, desde patatas fritas hasta galletas saladas, está acabando con la biodiversidad en la isla de Borneo, Indonesia. Miles de hectáreas de selva se sustituyen por monocultivos de palma para producir el apreciado aceite, de fácil utilización industrial, e incluso militar, ya que no nos podemos olvidar que haciendo reaccionar aceite de palma con sosa cáustica se produce palminato de sodio, más conocido como NaPalm.
En en enlace se aprecian las cicatrices que las nuevas explotaciones van dejando en la isla.
Los vertederos y desguaces
Pero no sólo hay explotación de recursos, sino que en varias partes del mundo se acumulan, se reutilizan, se reciclan y se tratan sin control residuos, creando vertederos realmente inhumanos. Veamos dos de ellos, uno en África, otro en Asia.
Este vertedero se encuentra en Ghana, y se denomina mediante un vocablo impronunciable, Agbogbloshie, quizá para dificultar su localización. Se trata del mayor vertedero de chatarra electrónica del mundo, donde llegan miles de toneladas de circuitos impresos, pantallas de ordenador, de cristal líquido, de plasma, carcasas de plástico a las empresas que se dedican en la ciudad de Acra al "reciclaje" de este deshecho. El río que atraviesa el vertedero se contamina de todo tipo de metales pesados, y en el propio vertedero miles de personas menudean en la chatarra recuperando cobre y otros valiosos minerales, en condiciones medioambientales ínfimas, donde los plásticos de los cables son quemados, así cómo los circuitos impresos, o se utiliza mercurio para recuperar oro.
En el enlace, la zona del vertedero.
Impresionante vista aérea de la costa, donde decenas de buques esperan encallados en la arena a ser desmantelados. Esto lo he visto personalmente no en Blangladesh, sino en Mumbai (Bombai) en la India, y es realmente impresionante. Cientos de trabajadores desguazan a mano los buques y trasladan las piezas a la costa, donde grandes camiones trasladan el hierro a fundiciones y aparece un gran bazar de piecerío de barcos, desde motores, bombas, bombillas hasta tazas de wateres, cualquier objeto en buen estado es susceptible de ser revendido.
En el enlace se aprecian todos los cascos varados en la costa en mayor o menor grado de desmantelamiento.
La huella nuclear
Ahora seguimos con tres ejemplos vivos de desastre invisible, el relacionado con la energía nuclear, con tres ejemplos: Chernobyl, Fukushima y el Lago Karachai, considerado el más contaminado del mundo.
Poco más que añadir a nuestro conocimiento sobre este desastre nuclear. En aquella época se nos vendió como consecuencia de la precaria tecnología soviética. Miles de personas murieron o fueron afectadas por la radiación. El núcleo explotó por la producción masiva de protones en la reacción nuclear descontrolada, y este hidrógeno generado reaccionó con el oxígeno, produciendo una explosión que voló la parte superior del reactor nuclear, expulsando a la atmósfera cantidades importantes de material radiactivo.
En el enlace, se aprecia todo el complejo nuclear del Chernobyl.
Cuando nos habíamos convencido que la energía nuclear era segura otra vez, aparece un tsunami en Japón y se lleva por delante la central nuclear de Fukushima. Un nuevo desastre que nos abre en parte los ojos. Ahora ya no se trata de unos "ingenieros soviéticos de precaria formación" sino unos eficientes ingenieros de un país con un grado tecnológico muy elevado. Nos vuelven a poner la venda en los ojos con el que si se trata de un desastre de proporciones bíblicas que en otros lugares no se puede dar, que si la mafia yakuzza está de detrás del desastre y otros fantasmas, pero el paralelismo con Chernobyl es evidente. Cuando se escapa de control la reacción nuclear se funde el núcleo haciendo inviable su control posterior mediante el uso de barras de grafito, se produce hidrógeno en cantidades industriales que provoca explosiones en el reactor y dispersa por la atmósfera el material radiactivo. Y en este caso, el núcleo sigue activo.
En el enlace, la central de Fukushima, donde se aprecian los reactores destruidos.
Este complejo soviético fue pionero en energía nuclear, y sirvió como fábrica de plutonio durante muchos años. La mayor parte de los vertidos radiactivos, fruto tanto del funcionamiento normal de los reactores nucleares allí presentes como de diferentes accidentes ocurridos se vertieron al lago. Se dice que con tan solo permanecer una hora en sus orillas se recibe una dosis radiactiva mortal.
La foto aérea es del complejo militar donde se encuentra el lago. Sorprende ver fotos de camiones trabajando en sus orillas.
El macrodesarrollismo chino
Y ya que estamos paseando por Asia, que menos que entrar en China, para visitar una de sus ciudades fantasma y la Presa de las Tres Gargantas
Desde imitaciones a París (con torre Eiffel incluida) o Londres, hasta impresionantes barrios satélites alrededor de grandes ciudades... vacíos. Fruto de la especulación inmobiliaria, la fiebre del ladrillo ha llegado a China, y se han construido enormes ciudades para albergar a cientos de miles de personas, dotadas de servicios como centros comerciales... y se encuentran vacías.
En el enlace, el barrio de Kangbashi, en la ciudad de Ordos, cerca de la frontera con Mongolia.
Símbolo del desarrollismo chino, donde las necesidades energéticas son enormes. El Gobierno Chino emprendió la construcción de una enorme presa en el Yangtsé, uno de los ríos más caudalosos del país, con un enorme desplazamiento de personas, ciudades enteras, y una modificación incluso de la ecología del río tanto aguas arriba como aguas abajo, en una demostración de poder en unos momentos en los que el gobierno comunista lo consideraba necesario.
En el enlace, la Presa de las Tres Gargantas en el Yangtsé
Y en España
Y para acabar, viajamos a España, a visitar tres lugares, Hueva, Aznalcollar y el embalse de Flix en el Ebro.
En Huelva nos encontramos, al "laíto mihmo" del casco urbano, las balsas de deposiciones de fosofoyesos de la fábrica de fertilizantes Fertiberia. Sobre ellas se ha dicho mucho, desde su alto nivel radiactivo por su concentración de Uranio y Torio, subproductos de las explotaciones de roca fosfórica, el peligro de su situación cerca de las marismas de Hueva, pero ahí siguen, y seguirán, sin una solución clara sobre qué hacer con ellas.
En el enlace se aprecia la cercanía de las balsas a la ciudad.
En 1998 una balsa que contenía residuos mineros tóxicos y peligrosos, principalmente por su acidez, se rompió y vertió su contenido a un afluente del Guadalquivir, contaminando amplias zonas del Parque Nacional del Coto de Doñana y marismas del Guadalquivir. La empresa sueca Boliden fue condenada a pagar 45 millones de € en concepto de indemnización, pero la empresa se hizo la sueca y dijo que se trataba de factores externos y que no pensaba pagar por el mayor desastre medioambiental de la historia reciente española.
En el enlace se distingue la balsa que creó el desastre.
La empresa Ercros hizo un expediente de regulación de empleo en Flix para marcharse, pero no solo dejaba paro, dejaba decenas de hectáreas contaminadas y un embalse, el de Flix, en el Ebro, donde había estado vertiendo residuos durante casi un siglo.
En el enlace se puede ver el espacio ocupado por la empresa y el embalse.
SUSCRÍBETE pinchando aquí para recibir información de mis publicaciones.
Este
blog lo mantengo sin ningún tipo de publicidad gracias a que promociona
mis libros. Puedes conocer mi literatura a través de un blog de
microrelatos que he abierto, donde aparecen mis libros y publicaciones. Visítalo aquí, quizá te guste. Y conoce aquí mis libros.
Si te parece interesante el blog, puedes seguir esta página de facebook (pincha aquí y dale "megusta") o seguir al usuario de twitter (Pincha aquí y sígueme) donde aparecen anunciadas las nuevas publicaciones.
También puedes leer estos otros artículos del blog
También es impresionante esta imagen de la agricultura intensiva en los invernaderos de El Ejido: https://www.google.es/maps/@36.7708468,-2.8112027,4916m/data=!3m1!1e3?hl=es
ResponderEliminarEstoy estudiando Ciencias Ambientales y me ha encantado tu post. Muchas gracias por el trabajazo! Un saludo.
ResponderEliminarMuy buen post, pero hubiera estado muy bien una captura de pantalla de cada imagen para no tener que de salir del blog. Saludos.
ResponderEliminarP.D.: Soy de Huelva y lo de los fosfoyesos, como se puede apreciar a la imagen ha llegado a ser tan grande o incluso más, si contamos con las otras balsas que ya se han tapado, que la propia ciudad de Huelva.
Puse un enlace en vez de la captura de pantalla ya que te lleva a cada uno de los lugares y puedes visitarlos, y también su alrededor.
EliminarSi hubiera puesto una captura de pantalla hubiera quitado esa posibilidad, o mucha gente no hubiera investigado