Tres conciertos de los 80: Barón Rojo, Los Suaves y Iron Maiden

Tres conciertos en un espacio de un par de meses. Rock duro de los 80, en tres estilos diferentes. El heavy clásico de Barón Rojo, el rock de Los Suaves y el hardrock de Iron Maiden. Tres conceptos diferentes del directo y tres resultados, obviamente distintos.

Barón Rojo, virtuosos a la guitarra a base de repetirse. Coreografías infantiles, pero el cuerpo tampoco da para mucho más. Un concierto anodino, en el cual apenas hubo conexión con el público, que permanecía apagado, a lo suyo.

Tan sólo enlazando "Cuerdas de acero", "Hijos de Caín", "Casi me mato" y "Resistiré" consiguen que la gente reaccione, pero aún así, el concierto languidece y tan sólo el que hayan sido Barón Rojo les da la libre absolución. La sensación de que ya no es lo que era, que ni la nostalgia es capaz de levantar algo que ya ha muerto es patente en las cervecitas posteriores al concierto. Armando tiene mucho oficio, pero hay un momento en el que hay que reinventarse o darse cuenta que ya se ha acabado.

Al poco tiempo, y en la misma sala, Los Suaves, la gira de los 1.000 conciertos. Un Yosi recuperado aunque ya mayor, pero con Albertito virtuoso a la guitarra, con un sonido muy conseguido, mantuvieron al público en pie durante casi dos horas.

Han superado los problemas de Yosi, cuando se caía en los conciertos, cuando no era capaz de recordar las canciones. Aunque el oficio de esa banda, a la que recuerdo especialmente en fiestas de Vitoria con Alberto tocando en una silla de ruedas, permite conectar con su público en cada concierto, aunque siempre salgas con la sensación de que Yosi (que ya tiene 66 años) está ya muy mayor para estos trotes.

Y hace unos días, concierto en el BEC, Iron Maiden. La verdad que nos esperábamos un concierto-teatro, con un guión preestablecido, sin dejar nada a la improvisación, pero nos sorprendió. Es cierto que había parte de espectáculo, con Eddie apareciendo en algunas canciones, con una estética propia del grupo heavy más mítico de la historia, con cambios de ropa de Bruce Dickinson y con la aparición del General Custer en la mítica Run to the Hills, pero también la sensación de que no todo era teatro, de que era un grupo de rock tocando para su público y que reaccionaba con él fue muy agradable.

Lo peor, en las pantallas gigantes los primeros planos de Bruce o de Janick Gers, donde se apreciaban los estragos de la edad, sobre todo en el segundo. Sin embargo, por Steve Harris no pasan los años. Gran concierto... de los 80. Incluso con las típicas chorradas de esa época como la niebla y rock sinfónico psicodélico de esa época en "7th son of a 7th son"

En resumen, estamos mayores. Pero hay quien lo lleva mejor. Decepción por el paso del tiempo sobre el heavy de Barón Rojo, buen sabor de boca por el oficio de Los Suaves, que consiguen que cada concierto sea único y nostalgia con Iron Maiden, un grupo que hace convierte su música en un espectáculo.

A ninguno de los tres les afecta la piratería de sus discos. Siguen manteniendo un concepto musical de los 80, en lo que lo importante es el directo. Grupos que viven del directo y aunque los ingresos por venta de sus discos no son nunca desdeñables, esos discos no son más que un soporte para unas canciones que cobran vida en directo, que es cuando adquieren realmente su valor.

Quizá quienes lloran desde sus mansiones las pérdidas que les suponen las descargas ilegales de su música y presionan para que desde impuestos sobre discos duros, tasas google y similares, deberían pensar en reiventarse y redescubrir a aquellos que saben que la esencia de las cosas no se puede piratear, y es desde ahí donde se obtienen los beneficios de su trabajo.

Si quieres conocer más sobre mí, puedes leer mis novelas, Puedes informarte aquí. de estilo variado, desde el humor de "Por un puñado de polvos" hasta el género fantástico de "La muerte de Adam", pasando por la novela policíaca de  "Crimen perfecto" o mi última novela "El sueño español", sobre la corrupción en España, recientemente publicada 

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