¿Realmente es tan difícil acabar con la corrupción? Si con una ley de apenas dos frases es posible...

Un día sí y otro también. Un corrupto investigado, otro imputado, otro detenido. A los políticos dirigentes de los partidos más corruptos se les llena la boca con las palabras transparencia, honorabilidad, contundencia ante la corrupción.

Pero no hacen nada. La corrupción está tan extendida que en determinados momentos ha llegado incluso a que se promulgaran leyes para institucionalizarla, como ocurrió en su día con el Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica en Euskadi, que a través de un decreto promulgado por el Gobierno Vasco, se consiguió que sólo una empresa pudiera obtener todos los puntos de adjudicación de los parques eólicos, Eólicas de Euskadi, mitad Euskotxiringuito, mitad Ibertrola, para una vez adjudicados y pasado el tiempo, vender el Eusko Jaularirtza su parte a buen precio a la eléctrica vasca.

El cuñadismo ha llegado a cotas inimaginables. En la época del lehendakari fantasma, ese que ahora se postula de las faldas de Susana Díaz, aparecieron en todos los centros de salud de Osakidetza nuevos Jefes de Servicio seleccionados por Servicios Centrales, médicos que ni siquiera habían aprobado la OPE de acceso, a los que se les asignaba un cupo de pacientes que luego había que repartir entre el resto de los médicos del centro de salud, ya que las interminables reuniones de calidad y gestión en Centrales les impedían ejercer su consulta, a pesar de cobrar por dicho cupo mas un complemento por ser Jefe de Servicio del Centro de Salud, curiosamente una labor que hasta entonces ejercían sin más quebranto de su trabajo médicos o enfermeros con plaza en aquellos consultorios.

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Con la operación Punica hemos leído las declaraciones de un empresario que señalaba que le resultaba extraño que en los concursos públicos la adjudicataria no hubiera presentado mejoras ni bajadas de precio sobre el de licitación, circunstancia que sólo ocurría cuando se tenía que cubrir a alguna empresa. ¿Qué es eso de cubrir a otra empresa? Es cuando alguien ha llegado a un acuerdo con una entidad pública para hacer un trabajo, pero no quiere hacer un concurso público. Entonces la entidad en cuestión invita a un círculo cerrado de empresas, elegidas por la que se va a llevar el trabajo, que la cubren de cara al expediente con precios superiores. Hoy por ti, mañana por mí.

Esto tan sólo son ejemplos que ocurren a diario en cualquier lugar de España. TODOS lo sabemos, salvo quizá gente muy inocente. Son prácticas que en algunos casos rayan la legalidad, y digo en algunos casos porque en la inmensa mayoría son actos delictivos, ni más ni menos. Son miles de millones de caudales públicos que anualmente se tramitan con una absoluta falta de transparencia o en condiciones previamente pactadas con el adjudicatario. Es un cáncer extendido a todos los niveles.

Los políticos de los grandes partidos NO van a hacer nada, salvo buenas palabras y actos de cara a la galería. ¿Qué coño es eso de que si el PSOE o el PP encuentran que uno de los suyos resulta imputado por causas irregulares será expulsado del partido? Pues simple y llanamente decirles que pueden robar y expoliar todo lo que quieran, pero sólo hasta que les pillen, luego ya no les ampararán.

Pues no, señores, ya no cuela, estamos realmente hartos desde hace ya varios años de este expolio. Poco a poco abrimos los ojos a la realidad y vamos asimilando que los 23.000 millones que se tragó Bankia no fue por la nefasta y patética gestión de unos directivos ineptos, sino un expolio en toda regla, de regalos, concesión de créditos de dudoso cobro a amigos, de un robo de guante blanco por parte de unos canallas que creían, y siguen creyendo, que tienen carta blanca para hacer lo que quieran.

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y su vinculación con el terrorismo. Sin concesiones.

Bankia y el resto del rescate a la banca no nos ha costado sólo los cerca de 250.000 millones de € que hemos tenido que poder a escote para cubrir el agujero. Nos ha costado nuestra educación, nuestra seguridad social, nuestra sanidad y sobre todo nuestra dignidad. Y los culpables del desaguisado siguen campando a sus anchas, riéndose de nosotros, robando a manos llenas.

Pero la pregunta del millón persiste. ¿Se puede acabar con este expolio, con la corrupción?

Sí, y es muy sencillo. Hacer al partido político, sindicato, asociación empresarial o empresa pública que ha designado al político responsable social subsidiario del delito. Así pues si Blesa no puede hacerse cargo de las indemnizaciones por el desaguisado que ha montado, que lo pague quien le ha designado, en este caso el PP. Si el honorable no quiere devolver los 1.800 millones de € expoliados, que lo haga CiU. E inhabilitar para trabajar con el sector público a los corruptores, haciéndoles partícipes también de lo que han robado.

Porque al pueblo español se la trae al pairo que salga la Espe diciendo que se ha equivocado al confiar en Granados. Bonita, tu partido ha confiado en él, que se haga cargo del desaguisado. Tampoco nos importa que la empresa francesa que se ha aprovechado del tema que retire las adjudicaciones conseguidas de su página web. Si te lo has llevado irregularmente, indemniza por lucro cesante a los que no se las han llevado.

Necesitamos una ley simple y sencilla, sin preámbulos de 50 páginas con inserción de propaganda electoral incluida como pasa últimamente, sin 200 artículos vacíos llenos de buenas (y dobles) intenciones. Una ley con dos párrafos:

Propuesta de Ley Anticorrupción:

Preámbulo: Debido al expolio masivo que está sufriendo el pueblo español, es necesaria esta ley.

Artículo 1 y único. Los delitos derivados de actos de corrupción (malversación de caudales públicos, prevaricación, cohecho y demás delitos contemplados en el código penal) derivarán en penas de cárcel y multas acordes al delito cometido, nunca inferiores al 500% de caudal público malversado. En el caso de que el imputado no pueda hacerse cargo de la multa, la asociación, partido político, sindicato, fundación, empresa u otra forma jurídica a la que representa se hará cargo de la misma. Esto se aplicará tanto a la parte actora como a la actuante. Se establecerán inhabilitaciones tanto para los imputados como para las formas jurídicas a las que representa.

De esta manera ya se cuidarán las empresas de no apañar concursos, ni los partidos políticos de tener manzanas podridas en sus cestas.

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